Personajes mitológicos vascos ( pt 2 )
- Jon Imanol Pereira
- 7 may 2020
- 5 Min. de lectura
Vamos a continuar con otros personajes de la mitología vasca.
AKERBELTZ
Este conocido genio toma forma de macho cabrio negro, como indica su nombre. A veces nos muestra su lado benévolo, pero otras nos enseña su cara oscura. Cuando nos muestra su lado bueno adquiere características parecidas a Mari, convirtiéndose en jefe de otros genios.
Se cuenta en las leyendas que protege a los animales que están a su cuidado, e incluso tiene poderes para curar sus enfermedades. Por eso hay costumbre en los caseríos de tener un macho cabrío (es imprescindible que sea negro) para que éste proteja a los animales domésticos que se crían en el lugar.
El culto a este genio en Euskal Herria parece ser que proviene de tiempos remotos. Así lo constatan inscripciones romanas del siglo III encontradas en Aquitania con la palabra Aherbelste, que según lingüistas de renombre lo relacionan con ‘akerbeltz’. Se supone que dicha inscripción hace referencia a un dios que se adoraba en esa época, el dios que lidera y protege a los demás animales. Este mismo pudo ser el genio que adoraban las Sorginak ‘brujas’ en los siglos XVI-XVII.
Cuando Akerbeltz o Aker dirige las reuniones de las brujas y brujos, akelarre, nos muestra su lado negativo. El origen de la palabra vasca akelarre proviene del nombre de un prado que se encuentra a la entrada de una cueva de Zugarramurdi (Navarra). Este pequeño prado se llama akelarre (aker=macho cabrio, larre=prado) que en euskera significa ‘prado del macho cabrio’. En este lugar celebraban las brujas y brujos sus reuniones, liderados por Akerbeltz, todos los lunes, miércoles y viernes. Adoraban a este genio que lideraba la insurrección contra la religión y el orden establecido, defendiendo las antiguas creencias relacionadas con la espiritualidad de la naturaleza. En definitiva, parece ser que la caza de brujas que llevó adelante la Inquisición en los siglos XVI-XVII, fue una represión contra un movimiento popular a favor de las antiguas costumbres y creencias espirituales.

BASAJAUN
Basajaun es un genio que habita en lo más profundo de los bosques o en cavernas situadas en lugares altos. Basajaun significa "señor salvaje" y "señor de la selva". Es alto y su cuerpo tiene forma de humano, pero está cubierto de pelo que le llega hasta las rodillas y le cubre la cara, el pecho y el vientre. Uno de sus pies es como el de los hombres, el otro tiene planta circular.
Basajaun es el que protege a los rebaños. Cuando se acerca una tormenta da un grito para avisar a los pastores que retiren su ganado. También evita que el lobo se acerque. Las ovejas anuncian la presencia de Basajaun con una simultánea y colectiva sacudida y con el sonido de sus cencerros. Así, los pastores saben que pueden estar tranquilos, porque esa noche o día, el lobo no irá a molestarlos.
En algunos sitios, Basajaun es representado como un ser maligno, dotado de fuerzas colosales y agilidad extraordinaria.
También algunos relatos populares muestran a Basajaun como el primer agricultor, primer herrero o primer molinero. Los hombres, mediante tretas, obtuvieron de Basajaun la primera semilla de trigo y aprendieron su cultivo. El hombre también le robó el secreto de la fabricación de la sierra, del eje del molino y el del modo de soldar metales.

LAMIAK
Las lamias son, entes de género femenino que vivían en cuevas o ríos. Los hombres se enamoraban de ellas y las lamias también de ellos. Según algunas leyendas, las lamias ayudaban a los agricultores en sus quehaceres, después de comer por las noches la comida que les dejaban. Pero no todo lo que hacían las lamias era positivo, secuestraban a los hombres y en otras ocasiones, si no estaban dispuestos a ayudarlas, les hacían el mal.
Lami, lamin, lamiña, lamiñaku, amilamia y eilamia son los distintos nombres con los que se designa a las lamias en diferentes sitios de Euskal Herria. La huella de las lamias se aprecia todavía en algunos nombres toponímicos, como por ejemplo, Lamiategi (Oñati), Lamiako (Leioa), Laminazilo (Isturitz) y Lamiaran (Mundaka).
Vivían en cuevas, estanques o ríos. La idea que se tiene de las lamías varía según la fábula: en algunos casos se cree que son más poderosos que los humanos y que son también divinidades en cuyo honor el humano hace distintos sacrificios. O incluso como seres cuya potencia puede ser dominada mediante objetos o amuletos.
Las ocupaciones de las lamias también eran diversas, como por ejemplo, hilar, construir dólmenes, puentes, casas, castillos o iglesias y lavar las ropas por las noches. Comían el pan de trigo o de maíz con tocino y sidra que les pedían a los humanos. Y también el pan, la cuajada y la leche que les daban sus amantes.
Según las leyendas, las lamias prestaban ayuda a los hombres. Un vecino de un barrio de Dima, tuvo que refugiarse de un chaparrón en la cueva de Balzola. Allí lo acogió una lamia. Cuando dejó de llover y se disponía a abandonar la cueva, una lamia le entregó un trozo de carbón que al salir de la cueva se convirtió en oro.
Pero las lamias no siempre han sido tan generosas, también han prestado favores a cambio de las almas de los humanos. Así construyeron algunos puentes como el de Ebrain (Bidarrai), Azelain (Andoain), Urkulu (Leintz-Gatzaga) y el de Kastrexana, por ejemplo. Incluso construyeron casas, castillos e iglesias.
También se enamoraban de los hombres, y en algunos casos, presentándose como mujeres de aspecto atrayente, las lamias enamoraron a más de un campesino. Una lamia de Zeanuri se enamoró de un chico de Goristiaga. El chico murió y la lamia sacó una sábana de una cáscara de nuez y cubrió con ella el cuerpo de su amado. Cuando cantó el gallo la lamia tuvo que irse, dejando allí la sábana.

GALTZAGORRI
El Galtzagorri, en castellano, Calzas Rojas, Son genios minúsculos con forma de hombrecillos y visten calzones rojos. En algunos lugares adquieren la forma de insectos. Estos genios amigables son hábiles, vivaces, juguetones y auxiliadores. El dueño de los duendecillos los guarda en un alfiletero o en una cajita, y están siempre dispuestos a cumplir los mandatos del que los posee, aunque sean trabajos inverosímiles. Cuando se abre el alfiletero, que es su morada, inmediatamente comienzan a dar vueltas sobre la cabeza del dueño, preguntándole continuamente qué es lo que desea qué hagan. Suelen trabajar durante la noche, y a la mañana siguiente tienen el trabajo terminado. Para conseguir estos geniecillos basta con poner un alfiletero o una cajita sobre una maleza la noche de la víspera de San Juan, al amanecer los Galtxagorri se habrán introducido en su nueva morada.
Cuando los adivinos, brujos o curanderos realizan algo increíble, se dice que se han servido de la ayuda de estos genios.

TARTALO
Con este nombre es conocido un cíclope o genio maligno con un solo ojo en la frente, cuyo quehacer principal es el pastoreo. Este terrorífico personaje secuestra a los jóvenes del pueblo y se los come, es antropófago. Por lo que en muchos lugares de Euskal Herria se siente verdadero pavor hacia el.
Existe una vieja leyenda vasca con bastante similitud a la leyenda de Odiseo y Polifemo, dos hermanos se adentran en su cabaña durante una tormenta. Cuando vuelve Tártalo, los descubre y atravesó al hermano mayor con un asador y lo devoró, afirmando que el día siguiente se comerá al menor. Sin embargo, mientras está dormido, este le clava el asador en el ojo. Cuando al día siguiente apartó la roca de la puerta para salir con las ovejas, palpó a cada una para asegurarse que el hermano menor no se escapaba. Pero este se puso sobre la espalda una piel de espalda que había encontrado y huyó de la casa. Cuando Tártalo se dio cuenta, corrió tras él hasta un pozo profundo donde se había tirado el hermano menor, pero el cíclope, al no saber nadar, se ahogó.

Preciosa nuestra historia . Eres bueno sigue asi